El día después de mañana
Ese día fue horrible comenzaron a llegar vecinos, amigos, familiares…etc.
Recuerdo que cuando llegó Mauricio le pedí que fuera a estar con el Miguelito ya que estaba solito en el dormitorio, no sé por qué pero siempre entre ellos dos ha habido una conexión especial y creo que el Mauri llego en el momento justo.
Mi niña estaba en la cama de mi hijo esperando que la vinieran a buscar del instituto medico legal, no podía reaccionar y cada vez que lo hacia me ponía gritar, fue desesperante quería romper todo, también quería estar con mi hija hasta que se fuera pero no me atrevía, en un momento fui a estar con ella y estaba un primo de mi esposo acostado al lado de la niña, en ese momento me sentí tan agradecida que él estuviera hay por que no estaba solita ya que la mayoría de las personas estaban con mi esposo, mis hijos (Miguelito, Francisca) y conmigo.
Mi esposo tomo un chaquetón de él y la tapo, la tenían en brazos, en el living yo pedí que me la pasaran, la tome la bese luego no podía entender que ya no estaba aquí… estaba hermosa… parecía que solo dormía, no soporte más y comencé a tiritar se la tuvieron que llevar. Luego el tío del furgón vino a buscar a mi hijo para llevarlo al Jardín infantil y preferí mandarlo para que no estuviera en la casa en esos momentos, lo vestí y cuando iba saliendo alguien le dijo que se despidiera de sus hermanas, y se fue a donde la Conita, la miro y dijo “menos mal que esta bien, yo pensé que le había pasado algo” y le dio un beso. Después supe que el niño no se quería venir para la casa porque había una ambulancia y que le daba miedo…
Es tan difícil lo que he tenido que vivir después de esto, al escribir estas palabras me he dado cuenta de todo lo que hemos tenido que pasar para estar cómo estamos hoy, tal vez unos piensen que la niña era muy pequeña y que el dolor que podamos estar pasando es exagerado, o que es un angelito que no era para este mundo, o que ahora esta mejor… pero cuando uno ve nacer a un hijo, ver lo indefensos que son, desde ese momento el lazo es tan fuerte que a ninguna edad es incomprensible el dolor que se vive e incluso desde que uno sabe que existe en el vientre se proyecta y planifica una vida con el hijo que a de venir. La gente me decía tantas cosas en esos momentos para consolarme, pero yo tenía claro que no quería un angelito, quería a mi hija y que con nosotros estaba bien, no podía estar mejor ahora.
Recuerdo que cuando llegó Mauricio le pedí que fuera a estar con el Miguelito ya que estaba solito en el dormitorio, no sé por qué pero siempre entre ellos dos ha habido una conexión especial y creo que el Mauri llego en el momento justo.
Mi niña estaba en la cama de mi hijo esperando que la vinieran a buscar del instituto medico legal, no podía reaccionar y cada vez que lo hacia me ponía gritar, fue desesperante quería romper todo, también quería estar con mi hija hasta que se fuera pero no me atrevía, en un momento fui a estar con ella y estaba un primo de mi esposo acostado al lado de la niña, en ese momento me sentí tan agradecida que él estuviera hay por que no estaba solita ya que la mayoría de las personas estaban con mi esposo, mis hijos (Miguelito, Francisca) y conmigo.
Mi esposo tomo un chaquetón de él y la tapo, la tenían en brazos, en el living yo pedí que me la pasaran, la tome la bese luego no podía entender que ya no estaba aquí… estaba hermosa… parecía que solo dormía, no soporte más y comencé a tiritar se la tuvieron que llevar. Luego el tío del furgón vino a buscar a mi hijo para llevarlo al Jardín infantil y preferí mandarlo para que no estuviera en la casa en esos momentos, lo vestí y cuando iba saliendo alguien le dijo que se despidiera de sus hermanas, y se fue a donde la Conita, la miro y dijo “menos mal que esta bien, yo pensé que le había pasado algo” y le dio un beso. Después supe que el niño no se quería venir para la casa porque había una ambulancia y que le daba miedo…
Es tan difícil lo que he tenido que vivir después de esto, al escribir estas palabras me he dado cuenta de todo lo que hemos tenido que pasar para estar cómo estamos hoy, tal vez unos piensen que la niña era muy pequeña y que el dolor que podamos estar pasando es exagerado, o que es un angelito que no era para este mundo, o que ahora esta mejor… pero cuando uno ve nacer a un hijo, ver lo indefensos que son, desde ese momento el lazo es tan fuerte que a ninguna edad es incomprensible el dolor que se vive e incluso desde que uno sabe que existe en el vientre se proyecta y planifica una vida con el hijo que a de venir. La gente me decía tantas cosas en esos momentos para consolarme, pero yo tenía claro que no quería un angelito, quería a mi hija y que con nosotros estaba bien, no podía estar mejor ahora.