jueves, octubre 26, 2006



28 de Mayo del 2002



Hace dos semanas que las había sacado de mi dormitorio, dormían mis tres hijos en una misma pieza, las dos niñas en una misma cuna ya que no podían estar separadas…

Esta mañana no fue igual a las otras, desperté a las 6:30 de la mañana, como siempre, con la diferencia de que solo la Francisca estaba llorando… mi esposo me dice: "Reina solo esta llorando la Francisca", un mal presentimiento me hizo levantarme de un salto e ir corriendo al dormitorio de los niños… cuando llegue solo vi la cabecita de la Francisca a la cabecera de la cuna… me desespere, con la luz apagada y muerta de miedo fui hacia la cuna y la comencé a buscar… ¡Conita, no esta la Conita!!! Lo único que podía decir palpando la cuna, sentí su cuerpecito a los pies de la camita, levante las frazadas y una tímida luz que se asomaba por la ventana me develo la imagen más dura, mi niña estaba toda moradita, comencé a gritar desesperada, la tome en brazos y estaba toda mojadita por la transpiración, sin saber que hacer; En eso llego mi esposo desesperado, y también gritando, toco el botón de pánico de la alarma, corrió al teléfono para llamar a HELP, mientras yo en el dormitorio tratando de hacer algo por mi hija, intente darle reparación boca a boca (procedimiento que había aprendido en un curso de primeros auxilio) pero mis nervios no me dejaron, la tome y Salí a la logia y le comencé a gritar a mi vecina que me viniera a ayudar, salio y vino dé inmediato a mi casa…

Mi esposo mientras tanto rogaba a una telefonista de Help que vinieran, ya que no querían venir, porque a las niñas no las teníamos inscritas (solo estabamos mi hijo y yo) , que la consulta nos iba a salir muy cara, que la prioridad era para los que eran beneficiarios inscritos de Help, Miguel les rogaba, que a él no le importaba pagar lo que fuere necesario para salvarle la vida a mi hija…

Mi vecina entro a la casa junto a otra vecina y le comenzaron a hacer los procedimientos, pero ya estaba con muy poco signos vitales… yo desde afuera veía muerta de miedo lo que estaba pasando, entre a la casa de mi vecina, le pedí el teléfono a su hija, y comencé a llamar a mi mamá, y a mi suegra para que se vinieran dé inmediato pensando que la teníamos que llevar a un centro de urgencia. Yo era una loca llorando en la calle no fui capaz de enfrentar lo que me estaba pasando… en eso llego una ambulancia del servicio publico y detrás Help (7:44 am) a la cual preferimos por que pensamos que tenían mejor equipamiento.
Yo seguía observando todo de afuera, de repente (en un lapsu de cordura) me acorde de mis otros hijos, y me atreví a entrar a la casa en busca de ellos, entre a mi dormitorio y estaba mi hijo mayor que en ese tiempo tenia 4 años, de rodilla bajo las frazadas balanceándose y tapándose los oídos, lo destape y en un estado de total calma lo abrasé y le dije que no se preocupara que estaba todo bien…Salí, para ver como estaba la niña. La tenían con una cosa en la boca aspirándole leche por si era eso lo que la había asfixiado y yo les dije que no, que había sido con las frazadas, yo estaba muy nerviosa y me sentía inútil… Salí para ver si venia algún familiar pensando que podía estar todo bien, cuando siento que mi esposo quiebra la mesa de centro (mesa que era de vidrio) y grita ¡porque me tienen que pasar estas cosas a mi!!... yo, comencé a correr sin rumbo por la calle y me decía a mi misma “ no esto no puede estar pasando, es mentira”, un joven que estaba esperando micro corrió y me detuvo, me dijo que me calmara y una de mis vecinas que estuvo haciendo lo posible por ayudar a mi hija, salio detrás mió y me tomo, me llevo a la casa en contra de mi voluntad por que yo no me quería enterar de nada… cuando entre a mi casa vi tímidamente a mi niña sobre la mesa del comedor, me llevaron a mi dormitorio, y me acorde de que mi hijo, estaba hay, les pedí que me sacaran, porque no quería que el me viera mal, quería evitarle un “sufrimiento”, salí de la pieza y vi que el doctor dejaba un papel sobre la mesa, al lado de mi hija y se retira sin decirme nada, mi esposo me abraza y nos pusimos a llorar juntos, yo gritaba ¡que por qué se habían demorado tanto en llegar, que habrían podido salvar a mi hija, que acaso no conocían el significado de la palabra servicio, que llevan pintado hay en la ambulancia!...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo como todos alguna vez he perdido un familiar cercano pero tengo la sensacion de es muy desgarrador pero dentro y fuera perder al hijo(a) que has llevado dentro de ti durante nueve meses y ya es parte de ti.
Tampoco comprendo a las madres que no se hacen cargo de sus hijos si no estaban preparadas para esto debieron de tomar precauciones un hijo no es un juego.
Y sra. Carmen espero que piense que su hijita ahora esta con dios y ella le alludará a él a salvar muchas vidas desde alla en el cielo
ahora cuente a sus hijos que su hermanita los cuidara y será su ángel protector....

Anónimo dijo...

Yo también perdí a mi hija, la primera. "Madre, ha llegado la hora de que me vaya.
Me voy. Cuando la oscuridad palidezca
y dé paso al alba solitaria,
cuando desde tu lecho tiendas los brazos hacia tu hijo,
yo te diré: “El niño ya no está”.
Me voy Madre.
Me convertiré en un leve soplo de aire y te acariciaré; cuando te bañes, seré las pequeñas ondas del agua
y te cubriré incesantemente de besos.
Cuando en las noches de tormenta,
la lluvia susurre sobre las hojas,
oirás mis murmullos desde tu lecho,
y de pronto, con el relámpago,
mi risa cruzará tu ventana
y estallará en tu estancia.
Si no puedes dormirte hasta muy tarde,
pensando siempre en tu niño,
te cantaré desde las estrellas:
“Duerme, Madre, duerme”.
Me deslizaré a lo largo de los rayos de la luna,
hasta llegar a tu cama,
y me echaré sobre tu pecho mientras duermas.
Me convertiré en ensueño,
y por la estrecha rendija de tus párpados
descenderé hasta lo más profundo de tu reposo.
Te despertarás sobresaltada
y mientras miras a tu alrededor
huiré en un momento, como una libélula.
En la gran fiesta de Puja,
cuando los niños de los vecinos
vengan a jugar en nuestro jardín,
yo me convertiré en la música de las flautas
y palpitaré en tu corazón durante todo el día.
Llegará mi tía, cargada de regalos,
y te preguntará:
Hermana, ¿Donde está el niño?
Y tú, madre, le contestarás dulcemente:
“Está en mis pupilas,
está en mi cuerpo,
está en mi alma.” Un abrazo desde el alma. Anabel, mamá de Ailín.